sábado, 17 de noviembre de 2007

Y a tí, ¿cuánto te mide?


Los hombres y las mujeres somos seres curiosos, medimos en Ohmnios lo resistivo que es un material frente a la propagación de las ondas electromagnéticas y en unidades de placer lo aromático y el sabor del café que disfruto ahora mismo mientras escribo. En millas la distancia entre Nueva York y Madrid y en metros la que hay desde la Gran Vía hasta Broadway. En sueños se miden los deseos lejanos y en ideas a las personas. En abrazos sin fuerza a los mentirosos y en número de galardones a los Teniente-Coroneles. En número de disparos en la nuca, de ejecuciones, a los fascistas. En lágrimas el dolor, pero en sonrisas y lágrimas la felicidad. En miradas se miden los deseos y en cucharadas de azúcar lo buena que saldrá la tarta de tu dieciséis cumpleaños. Las canciones se miden en minutos, mientras que los besos siempre parecen durar menos de lo que el reloj marca. Por otra parte las cenas de empresa se miden en lo cínicos que podemos llegar a ser con nuestro jefe, pero sin embargo, las de amigos se miden en risas, (-¿qué tal la cena de ayer? -Muy bien, risas mil). Los pasillos de la universidad se miden en el número de historias que se cuentan cada mañana y la Plaza Mayor en turistas rubios timados por hora. En Amperios la corriente que recorre la circuitería interna de tu teléfono móvil, en Grados la temperatura de tu cuerpo cuando te_mira_esa_chica. En milímetros cúbicos el sudor fruto del sexo y en pulsaciones por minuto, la actividad de tu trotamundos corazón, mochilero donde los haya, que duerme en distinta cama cada semana.

En un mundo esclavo de las cifras y la discretización, ¿alguien se planteó alguna vez en qué se mide el amor?

Un beso.

Luis.