lunes, 28 de enero de 2008

Bonjour

Mañana tengo examen de Tecnología de Radiocomunicaciones o Microondas, para que nos entendamos. El examen es a las 9 de la mañana y estoy de lo más tranquilo. Me desperté más tarde que otros días y cuando miré al exterior por entre los huecos que deja mi vieja persiana de madera, vi que ya era de día y la ciudad estaba envuelta en un extraño ambiente primaveral...parecía como si enero le hubiera robado de la cartera unos días a sus primos abril y mayo. Parecía como si alguien tuviera raptada a la señora lluvia y al señor frío y no tuviera intención de soltarles jamás. En época de exámenes prefiero el mal tiempo, prefiero los días nublados...Así cuando estoy frente a los libros y miro por la ventana, parece mejor idea intentar comprender el mundo a ritmo de bic y formulario que salir a sufrir el temporal de turno.

Duré una triste hora y media en la biblioteca. Miré el reloj que custodia la sala de estudio y pensé que no merecía la pena seguir repasando...pensé que (siempre optimista) mañana aprobaría. Tomada la decisión de dar carpetazo a la asignatura decidí salirme a uno de los bancos de piedra que están el el jardín de la Universidad. Me quité el jersey, cerré los ojos y me dejé resbalar por el asiento con los codos apoyados en el respaldo. Con el sol como único compañero me lo pasé en grande y me dediqué a viajar por el mundo sin moverme del lugar. Me dediqué a buscar momentos imaginados, momentos con los que sueño cada noche como otros buscan atardeceres, olas gigantes o tréboles de cuatro hojas, cosas así, raras. Pronto quedó claro que aquella mañana me había despertado con la brocha y disfrazado de pintor parisino dibujando en el cielo eso, sueños.

Un beso

Luis.

jueves, 24 de enero de 2008

Tirorirori...


Resulta que últimamente conduzco con suavidad, canto todo lo que se me ocurra...y cada día, tengo que confesarlo, me parezco menos a aquella estrella de la música que se supone llevamos dentro. Desentono, me invento la letra y provoco ataques de risa en aquellos que osan ponerse a mi lado en los semáforos... - Menudo zumbao - pensarán (if they only knew...) Le cedo el paso a las mujeres mayores en la autopista al tiempo que les dedico un descarado y patético guiño de ojo...siempre me quedó grande el papel de Dandy. Escucho noche y día el elegante "Fly me to the moon, let me play among the stars!" de mi amigo Sinatra a la vez que chasqueo los dedos de la mano derecha tal y cómo él hubiera hecho. Cuando acaba esa frase vuelvo a poner la canción desde el principio por si me dejé algo qué escuchar entre lineas (entre esas dos lineas), algo que Frank quisiera decirme y nunca pudo. Soy un charlatán, así que probablemente no le hubiera dejado hablar...y menos estos días...que vivo mi particular Singin´in the rain...

Madrugo y eso me otorga el privilegio de ver salir el sol. Que ninguna mañana me parece igual que la anterior y que no me preguntéis por qué, los pájaros de mi barrio se han contagiado de mi felicidad y a las 4 de la mañana les da por piar. Le regalo mi mejor sonrisa a la entrañable María, mi vecina del primero (1.20m de estatura, 40 kilos de peso y 90 años) pero ni me reconoce...ya está mayor. Salgo a correr por las noches antes de cenar y nunca veo el momento de volver a casa, solo mis fuerzas marcan dicha hora. Hago todo lo que puedo por no dejar de vivir ni un solo segundo del día...no hay tiempo que perder.

Respiro.

Qué alivio.

Luis.