viernes, 5 de junio de 2009

Todo cuenta...


Supongo que lejos de cambiar el mundo, encontrar la vacuna contra el SIDA, o ayudar al homeless que vive debajo de tu modesto piso de 200 metros cuadrados con vistas al Casón del Buen Retiro, todos buscamos en última instancia cierto placer personal, satisfacción, orgasmo de conciencia...como demonios quieras llamarlo. Supongo también que a todos nos excita la idea de ayudar, comprender y tratar de solucionar conflictos como el de Oriente Proximo, acabar con el hambre en el mundo o parar el puto Cambio Climático...pero no me jodan amigos lectores, no somos intrépidos Indiana Jones', carecemos de sentido arácnido y la chatarra que tenemos aparcada debajo de nuestras ventanas es lo menos parecido al puto Batmóvil. Nos preocupamos por el qué dirán, por el qué me pongo y por qué pelicula escoger cada triste tarde de domingo. Vamos al cine a ver las Vidas de los demás, ésas que ni si quiera existen, simplemente porque la nuestra carece de la intensidad de Scarface, la pasión de La vida es bella o la magia de Un toque de canela.

Les propongo coger la Vida por los cojones y mirarla de frente, follársela sin pensarlo, sin respiro, sin pausa. Vivirla, que para eso es Vida. No les hablo de darse a las drogas duras ni de escaparse a la India con lo puesto en busca de ése "no sé qué", no me malinterpreten...vivir no tiene por qué ser sinónimo de hacer el gilipollas. Pero si, EQUIVÓQUENSE, cometan errores y aprendan la lección; alguien dijo alguna vez que si quieres volver a sentirte joven tendrás que volver a cometer los mismos fallos que antaño, ¡háganle caso joder, cáguenla!. Les propongo prenderle fuego a la chispa de lo prohibido, de lo atrevido, de lo arriesgado. Les propongo abrir la caja de Pandora que libere sus emociones, sus represiones y sus miedos. Que no se callen un "te quiero" y que no escatimen en besos, benditos besos. Que derrochen. Que miren, que escuchen y después hablen. Si quieren cambiar este loco Planeta en el que todos vivimos, empiezen por cambiar el pequeño gran mundo que les rodea. Empiezen por cantar cuando la música muera, por ser veleta al viento de sus pasiones, por mirar mas allá de lo evidente, por un ¡buenos dias princesa! incluso a las desconocidas, a Matilde la de la Pollería y Marta la peluquera. Empiezen por aprovechar el tiempo, por pararlo y hacerlo suyo. Sean Crono y jueguen con él. Sean Primavera en Invierno, Fuego en lo mas frio del Ártico y cucharada de azúcar en mares de sal...


Háganlo y habran cambiado el mundo, porque cada detalle, cada palabra, cuenta.

Desde París, Luis.