El Opositor es una persona solitaria, independiente, constante e inalterable. El Opositor se levanta a las siete de la mañana de un miércoles 12 de junio sabiendo qué será de su vida el jueves 17 de septiembre a las cinco de la tarde. Es metódico, un estudioso de los libros y emplea gamas enteras de colores para marcar sus apuntes. El Opositor hace turnos de catorce horas al día bajo el techo de la biblioteca y llega cada mañana el primero, únicamente por coger ese sitio de la esquina del fonde de la sala que tanto le pone. El Opositor tiene que estudiarse 453 temas de 30 hojas en 453 días, es una máquina devora libros que no admite estúpidos juegos de miradas con la chica de ojos verdes y minifalda-cinturón que tiene sentada delante. El Opositor no tiene días tontos, los tontos son los demás, piensa él. Es fuerte y no da lugar a la improvisación. El opositor emplea atril, tiene el culo gordo y la tez pálida...que yo sepa la luz de la biblioteca nunca emitió rayos U.V.A. El opositor no tiene nombre, pero todo el mundo en la sala sabe quién es.
Aún así, el Opositor sale a las nueve de la noche con la satisfacción que da el deber cumplido, es el Puto Amo del Derecho Mercantil...un Dios de las Letras y la Administración Pública, un Crack de la Bolsa que no sabe ni cuanto cuesta un tercio en el bar de la esquina.
Luis.
Aún así, el Opositor sale a las nueve de la noche con la satisfacción que da el deber cumplido, es el Puto Amo del Derecho Mercantil...un Dios de las Letras y la Administración Pública, un Crack de la Bolsa que no sabe ni cuanto cuesta un tercio en el bar de la esquina.
Luis.