viernes, 20 de marzo de 2009

Todo huele bien...



Mientras dejo mi futuro en manos del tiempo para que él decida, estoy lleno de cosas que contar, lleno de historias vividas, días de revista y noches de portada...y lo mejor de todo, es que estoy impaciente por ver qué pasará la mañana de mañana...cada día aquí en París es mejor que el anterior. Cada amanecer un fuerte escalofrío me recorre de abajo arriba, de los pies a la cabeza y me recuerda que no hay tiempo que perder...que la vida te lleva por caminos insólitos y que si te lo planteas, puedes tomarlos todos.

Escribo este post con más ganas que nunca, desbocado y sin releer lo ya pasado. Escribo a ritmo de free jazz bajo una lámpara de medio destrozada y una silla comprada en el bazaar de al lado de casa que se ha convertido en mi refugio favorito.


Todo es una fábrica de anhelos. Todo huele bien, todo está delicioso y lo demás...mmm, lo demás son todo son sonrisas. Todo tiene el color de una tarde soñada en plena primavera y las nubes parecen haberse puesto de acuerdo para dibujar en el cielo aquello con lo que soñé la noche anterior. Todo es sol y todo es un paseo a orillas del Sena. Todo es una lágrima al borde de tu boca cuando pensamos en el día en el que nos digamos adiós. Todo es una mirada que busca otros ojos que le escuchen entre las cabezas y los brazos de las dos mil personas del concierto de anoche, una mirada que busca y encuentra los míos entre tanto corazón para decir sin palabras "sí, ésta es mi canción favorita". Todo es una risa que retumba en Place Monge a las 5 de la mañana...cuando todo París ya duerme y nosotros estamos más despiertos que nunca. Todo es una botella de vino compartida y todo son mil sílabas tónicas que hacen de mis días una historia perfecta que contar cuando sea mayor...

A los que dicen que no, yo les digo que sí. Que estoy seguro de que sí, de que se puede tener todo en esta vida...por muy poco que dure.


Un beso,

Luis.


lunes, 2 de marzo de 2009

Marzo

El Proyecto de Fin de Carrera liquidado. Con estas cartas sobre la mesa me asomé sin más al mundo laboral, por pura curiosidad, y me di cuenta de que en dicho mundo los méritos ya no sirven, que de hecho tenerlos te hace "ser raro" a los ojos de los demás. Que aquí los que dicen ser Ingenieros no son tal, que tienen más de cuentacuentos, oradores y poetas que ideas felices en la cabeza. "Que hablan mucho, cobran bien y trabajan poco" (como dice mi amigo argentino Franco).

Cuando todo esto termine, cuando París y yo nos echemos de menos, cuando se acabe el Cabarnet Sauvignon más barato que bebemos cada noche, cuando llegue el momento de decirnos adiós ¿qué pasará? Son mil dudas las que tengo ahora mismo en mente...supongo que por eso no escribí en tanto tiempo, vivo mis días de reflexión. Aprovecho "ahora que soy joven" (como dice mi Padre) y me relajo tratando de tocar mis primeras canciones con la guitarra. Viajo siempre que el dinero me lo permite y para sacarme un "extra" he vuelto a escribir en retromusica. Por motivaciones que no sea, tengo HAMBRE de todo.

Sé lo que no quiero, pero no sé lo que quiero...difícil de explicar.

Luis.