Machado, describiste Castilla como austera, pedregosa, fría, solitaria...hoy tengo que decirte que jamás la vi tan llena de vida. La carretera que une Madrid-Soria es tortuosa en su tramo final. No faltan los caminos que parten de la autovía principal y se pierden entre las arboledas y chopos que custodian los ríos afluyentes del Duero. Abuelo, a tí te gustaba perderte con tu Panda rojo de cuatro marchas y pasar los días enteros cogiendo níscalos entre pinares perdidos de la mano de Dios, pescando cangrejos. Decías que éstos no se daban cuenta de que estaban siendo capturados si te ponías la "visera" dada la vuelta, yo me lo creía. También decías que no bebías anís...y la abuela Carmen lo tenía que esconder y dosificártelo para que no cayeras redondo a dormir la mona en medio de una pradera sembrada de amapolas. Disfrutabas en compañía de tus nietos y algún que otro chato de vino, que todos sabemos que te perdía, bribón. Unos cacahuetes, un par de torreznos, jamón y algo de chorizo de Revilla hacían que las frescas tardes Sorianas se tornaran cálidas. Aún recuerdo aquellos años en los que pasaba parte del verano contigo...Un par de árboles en La Dehesa hacían las veces de portería y yo, acompañado de un balón, soñaba lo que sueña todo niño, claro.
A falta de otro abuelo, valiste por dos, ¿qué coño? por mil. Cuando estábamos en Soria pasábamos las tardes de fútbol pendientes del Numancia...pero como el equipo local nos daba más penas que alegrías siempre acababas pasándote a lo fácil y siendo del Madrid, chaquetero. Disfrutábamos vapuleando a los chavales en los recreativos del Collado 63. Yo les daba una paliza infernal a la máquina de los coches y tú mientras presumías de nieto y veías cómo sin gastarte una peseta más, el resto de niños saqueaban a sus abuelos para poder echarme la revancha. En tu favor tengo que decir que eras el rey del ajedrez...pero en tus últimos años no te ilusionaba ni una partida conmigo, maldita enfermedad. Perdiste la sonrisa. Te olvidaste de vivir, quizás viviste demasiado Emilio.
¿qué quieres ser de mayor? yo quiero ser como tú.
Luis.
A falta de otro abuelo, valiste por dos, ¿qué coño? por mil. Cuando estábamos en Soria pasábamos las tardes de fútbol pendientes del Numancia...pero como el equipo local nos daba más penas que alegrías siempre acababas pasándote a lo fácil y siendo del Madrid, chaquetero. Disfrutábamos vapuleando a los chavales en los recreativos del Collado 63. Yo les daba una paliza infernal a la máquina de los coches y tú mientras presumías de nieto y veías cómo sin gastarte una peseta más, el resto de niños saqueaban a sus abuelos para poder echarme la revancha. En tu favor tengo que decir que eras el rey del ajedrez...pero en tus últimos años no te ilusionaba ni una partida conmigo, maldita enfermedad. Perdiste la sonrisa. Te olvidaste de vivir, quizás viviste demasiado Emilio.
¿qué quieres ser de mayor? yo quiero ser como tú.
Luis.