miércoles, 11 de julio de 2007

Chill Out Playa


El buen rollo y la calma tienen conquistado este pequeño bar en el que paso las horas mirando el mar con el viento en contra azotándome suavemente cada vez que voy a Alicante. Cualquier excusa es buena para dejarse caer por ahí...un café, una cerveza, o si te sientes de mejor gana un cocktail de esos que te llevan al séptimo cielo sin despegarte de la silla. La camarera y dueña del garito en cuestión es en sí una broma. Tengo el fiel convencimiento de que la esquizofrenia hizo mella en ella hace ya tiempo...y que las secuelas son irreversibles. (no descarto la opción de que las drogas le robaran alguna que otra neurona sin ella darse cuenta en una alocada adolescencia extendida hasta el infinito y más allá). La semana pasada mientras me tomaba un café con Julio y Miki surgió la siguiente conversación con Ana (que así se llama ella);

- Miki (encantado con el bar): Joder...qué buen rollo trabajar aquí ¿no? En frente de la playita...con tu música...tus colegas...¡mola!

- Ana (indignada e infestada de malas palabras): Sí claro, eso dices tú ahora campeón...que te has tomado un café y te piras a casa. Pero tú imagínate que tienes que estar aquí 12 o 15 horas metida...sirviendo copas...acabas hasta los cojones, ¿o no? ¿eh?

- Miki (rectificando): Bueno ya...la verdad es que duro debe ser...todo el día de aquí para allá...bla bla bla...

- Ana (en uno de sus múltiples cambios inesperados de humor debidos a la esquizofrenia que estoy seguro padece): ¡¿Pero qué dices?! Si esto está chulísimo...¡además, como tenemos música en vivo, exposiciones y un montón de historias montadas siempre ando divirtiéndome y entretenida!

- Miki (acojonado): Ya, si por eso te decía que joe, estando a diez metros de la orilla, puedes estar relativamente "pancha"...

(ana vuelve al estado de crispación inicial)

-
Ana (flotando): Bueno, tú haz una fiesta en tu casa un día...o dos seguidos y luego me cuentas a ver qué... (decido intervenir)

- Luis (deseoso de que nos trajera la cuenta): Ya bueno...mi primo tiene un bar y a veces resulta complicado llevarlo, pero también tiene su lado bueno. ¿Cuánto te debemos Ana?

- Ana (sigue colocada): 4.50 chicooossss...(risa tontorrona consecuencia de su estado)

- Luis: Vaya...nos falta dinero, ahora mismo te pagamos que sube Miki a casa y coge lo que falta.

(minutos en los que Julio y yo nos miramos incrédulos hasta que vuelve Miki, pagamos y volvemos a tumbarnos al sol, que es lo que nos gusta)

Moraleja: El café mata.


3 comentarios:

Crismar dijo...

Pues yo creo que la tía tenía marea roja... ja!, ja!, ja!... bueno la verdad que para estar feliz y contenta con su trabajo hay que amarlo y quererlo, ella tiene un inmeso tesoro ante sus ojos y no lo quiere ver... y así nos pasamos la vida...

Saludos!!

Anónimo dijo...

Estaba en esta tarde de domingo aburrida ojeando el fotolog y de repente me he encontrado con un comentario y he decidido pasarme por tu "mundo".

Que envidia, que envidia playa. Que ganas de salir de la gran urbe, escaparme de este calor...

disfruta!!!!!

un beso

julio dijo...

La verdad que la mente de Ana ha sufrido las consencuencias de más de un viaje al séptimo cielo, es más, me parece que muy a menudo está allí, yo acojonado pensaba que nos comía... y todo por decirle lo bonito que era el sitio... Recuerdo que le pregunté si los cojines los vendían y obtuve un NO!!!
Abrazo luisepo.