
Hoy es el día más triste de mi 2007. Un grupo estadounidense compuso una vez una canción en la que se mantenían dos minutos de riguroso silencio. Años después otro mismo grupo sacó su particular versión del tema, solo que esta vez el silencio duró únicamente 60 segundos. Entre denuncias y derechos de autor de por medio se llegó a los tribunales, donde se concluyó que éstos debían pertenecer al segundo grupo, ya que había conseguido expresar el mismo sentimiento en menos tiempo. Lo cante quién lo cante, el silencio siempre sonará igual.
Ves ese río, fluyendo suavemente. Notas las hojas, murmurando con el viento. Escuchas los pájaros, escuchas las ranas arbóreas. A la distancia escuchas una vaca. Sientes el pasto. El lodo cede un poco en la rivera del río. Hay silencio, hay paz...y de repente, cambias de velocidad dentro de tí y es como respirar hondo y pensar: "Ah, sí, se me había olvidado lo que era esto..." 97 años después de nacer su corazón cambió de velocidad y se paró. 97 años de sonrisas regaladas a todos aquellos que desde pequeños estuvimos a su lado. 97 años de bondad y vida. No la conocí todo lo que me hubiera gustado, cuando eres pequeño no eres consciente de todo lo que una bisabuela cuerda como ningún otro miembro de la familia puede enseñarte. Cuando te haces mayor, (si a tener 20 se le puede llamar mayor), le restas importancia. Pero cuando se va lo echas de menos. Una charla en la fría Soria al calor de la estufa, un café en la terraza de cara a la Plaza Mayor...justo donde ella vivía. Los grandes siempre viven en los mejores lugares, incluso cuando su casa era la más pequeña y vieja de la ciudad, yo la ví siempre con mis mejores ojos. Hace ahora 6 años fue declarada en ruinas y derribada, como el que se deshace del periódico del día anterior sin tener en cuenta la de historias que en ese momento se pierden en la basura, pero nunca en el olvido. Al recibir la noticia me ví reflejado en un espejo de frialdad, cruel incluso. Imposible negar que alguna vez pensé en que llegaría ese momento. A medida que han pasado las horas mi corazón se ha arrugado, y el más cobarde de los Luis que llevo dentro ha salido a refugiarse de la lluvia de mis lágrimas en este texto. Ella nunca lo leerá, pero las abuelas son tan listas que siempre están seguras de que las quieres aunque nunca se lo digas. Para tí mi momento de silencio.
Luis.