
Todo el mundo debería tener esta canción sonando en su iPod.
Recuerdo Berlín con cariño. Era una mañana tal y como la de hoy en Madrid, lucía el sol y la resaca de la Love Parade hacía de las suyas...pero no puedo ir a una ciudad nueva y dejar de ver algo solo porque "esté cansado". Me niego. Mochila y botella de agua en mano saqué a Miguel de su cama y dejamos durmiendo al resto de interraileros para dejarnos llevar por esta sorprendente ciudad...
Hoy me bajé el Google Earth en un momento de aburrimiento esperando a que mi madre llegara para comer juntos. Hay una opción que consiste en ver los edificios en tres dimensiones...no todos, pero sí los más importantes. Revisando las fotos del interrail que hace un año hoy acabó para mi, he decidido volver, volver a recorrer el Tiegarten para toparme de morros con la Puerta de Brandemburgo y bajar la enorme avenida que nace de ella para encontrarme con el Reichstag. Asusta pensar cuántas decisiones importantes se toman ahí dentro. Imponente la catedral se levanta al fondo a la izquierda. Sin duda alguna Berlín es una de las ciudades que más me llamó la atención de todo el viaje. Creo que junto con Edimburgo y Copenhague forman mi particular triángulo de las Bermudas, o teoría del taburete, según otros. De Berlín disfruté de verdad, la viví, la sentí...e incluso llegué a emocionarme del todo en el Museo Judío y en el Museo de los Horrores. Es una ciudad que encierra una historia tan reciente y tan cruda que resulta complicado pasear por ella sin que te vengan a la mente horribles pensamientos.
En Alexander Platz había un grupo de españoles que estaban siendo víctimas de la picardía de un trilero alemán...parece que algunos no leyeron El Lazarillo de Tormes en el colegio, mientras Miguel y yo nos limitamos a ver cómo a medida que ellos perdían dinero, la felicidad
del trilero iba en aumento.
En este popurrí de ideas me viene también a la mente el momento en el que un grupo de niñ@s de 6-8 años huyó de nosotros debido al olor que desprendíamos tras 3 días pateándonos Europa y sin encontrar una sola ducha. Uno de ellos exclamó algo en alemán y salieron del vagón tapándose todos la nariz. (No soy ningún cerdo, este tipo de viajes es lo que tiene).
A lo mejor ha sido por echar la vista atrás...por volver a revivir lo ya pasado, no lo sé, el caso es que hoy hice inventario de mis experiencias de un año atrás hasta hoy...y bueno, esto fue lo que salió.
Desde el desorden que tanto odio y sin saber colocar mis ideas en el "papel", un saludo.
Luis
Recuerdo Berlín con cariño. Era una mañana tal y como la de hoy en Madrid, lucía el sol y la resaca de la Love Parade hacía de las suyas...pero no puedo ir a una ciudad nueva y dejar de ver algo solo porque "esté cansado". Me niego. Mochila y botella de agua en mano saqué a Miguel de su cama y dejamos durmiendo al resto de interraileros para dejarnos llevar por esta sorprendente ciudad...
Hoy me bajé el Google Earth en un momento de aburrimiento esperando a que mi madre llegara para comer juntos. Hay una opción que consiste en ver los edificios en tres dimensiones...no todos, pero sí los más importantes. Revisando las fotos del interrail que hace un año hoy acabó para mi, he decidido volver, volver a recorrer el Tiegarten para toparme de morros con la Puerta de Brandemburgo y bajar la enorme avenida que nace de ella para encontrarme con el Reichstag. Asusta pensar cuántas decisiones importantes se toman ahí dentro. Imponente la catedral se levanta al fondo a la izquierda. Sin duda alguna Berlín es una de las ciudades que más me llamó la atención de todo el viaje. Creo que junto con Edimburgo y Copenhague forman mi particular triángulo de las Bermudas, o teoría del taburete, según otros. De Berlín disfruté de verdad, la viví, la sentí...e incluso llegué a emocionarme del todo en el Museo Judío y en el Museo de los Horrores. Es una ciudad que encierra una historia tan reciente y tan cruda que resulta complicado pasear por ella sin que te vengan a la mente horribles pensamientos.
En Alexander Platz había un grupo de españoles que estaban siendo víctimas de la picardía de un trilero alemán...parece que algunos no leyeron El Lazarillo de Tormes en el colegio, mientras Miguel y yo nos limitamos a ver cómo a medida que ellos perdían dinero, la felicidad
del trilero iba en aumento.
En este popurrí de ideas me viene también a la mente el momento en el que un grupo de niñ@s de 6-8 años huyó de nosotros debido al olor que desprendíamos tras 3 días pateándonos Europa y sin encontrar una sola ducha. Uno de ellos exclamó algo en alemán y salieron del vagón tapándose todos la nariz. (No soy ningún cerdo, este tipo de viajes es lo que tiene).
A lo mejor ha sido por echar la vista atrás...por volver a revivir lo ya pasado, no lo sé, el caso es que hoy hice inventario de mis experiencias de un año atrás hasta hoy...y bueno, esto fue lo que salió.
Desde el desorden que tanto odio y sin saber colocar mis ideas en el "papel", un saludo.
Luis